Análisis de Antonio Valle Arias, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación
Los estudiantes, profesores y padres son los tres pilares en torno a los que se asientan los deberes escolares. La investigación ha estado muy centrada en la cantidad de tiempo dedicado a los deberes, aunque esto no sea una garantía de calidad. Es más, demasiado tiempo puede significar, en ocasiones, unas bajas competencias en ese ámbito. Por el contrario, a veces, menos tiempo dedicado puede indicar mayores competencias. La clave no está en el tiempo dedicado a hacer los deberes sino en cómo aprovecha el estudiante ese tiempo.La motivación hacia los deberes está relacionada positivamente con la calidad de la implicación, es decir, con el enfoque o modo de trabajo al hacer los deberes. En unos casos, utilizan un enfoque de trabajo superficial y de escasa calidad para el proceso de aprendizaje, mientras que en otros usan un enfoque más profundo orientado a la construcción de significados y a la comprensión.En los deberes escolares también es importante el papel de los profesores, ya que son los responsables de prescribir o no deberes a sus alumnos. El hecho de que los deberes se conviertan en algo interesante y motivante, dependerá en gran medida de cómo el profesorado los prescriba y de la conexión que establezca con los aprendizajes realizados en el aula. Por eso es importante el feedback del profesor, ya que es una forma de que los alumnos perciban la calidad de sus progresos y así ayudarlos a superar las dificultades con las que se han encontrado al realizar los deberes. Para ser eficaz, el feedback debe aportar información sobre el progreso conseguido y sobre cómo actuar en el futuro.
Además del alumno que hace los deberes y del profesor que los prescribe, el papel de los padres también es fundamental. La implicación parental tiene consecuencias no solo en el resultado final de esas tareas sino también en el proceso de realización de las mismas por parte de sus hijos. El apoyo y feedback proporcionado por los padres constituye un factor que puede determinar, en gran medida, la implicación de los alumnos en los deberes. De este modo, proporcionar apoyo afectivo y emocional animando a los hijos a implicarse contribuye positivamente a mejorar su motivación e interés por la realización de los deberes escolares.Finalmente, indicar que el debate social en torno a los deberes lleva años estancado y muy polarizado. Por eso, es el momento de tomar decisiones sensatas y razonables basadas en evidencias empíricas y no tanto en reacciones emocionales. Algunas iniciativas, como la campaña promovida por la CEAPA de una «huelga de deberes», son poco constructivas y nada ejemplarizantes para la comunidad educativa, especialmente para los estudiantes. Quizás, el problema está en que se sigue pensando más en el cuánto que en el cómo y en los deberes escolares el cómo tendría que ser mucho más importante que el cuánto.Antonio Valle Arias es catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación, y coordinador del Grupo de Investigación en Psicología Educativa (GIPED).
Leído en: La voz de Galicia
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