«Transformad esas antiguas aulas; suprimid el estrado y la cátedra del maestro... Hacedles medir, pesar, descomponer, crear y disipar la materia en el laboratorio; ... que descifren el jeroglífico, que reduzcan a sus tipos los organismos naturales, que interpreten los textos, que inventen, que describan, que adivinen nuevas formas doquiera... Y entonces, la cátedra es un taller, y el maestro, un guía en el trabajo». La cita bien podría adjudicarse a algún pedagogo contemporáneo. Seguro que muchos profesores la suscribirían. Pero no, tenemos que retroceder más de un siglo. Fueron palabras pronunciadas por el pedagogo rondeño Francisco Giner de los Ríos (ahora se cumple el centenario de su fallecimiento) en el discurso inaugural del curso 1880-1881 en la Institución Libre de Enseñanza. Hoy, 135 años después, siguen igual de vigentes. O más.
Porque a pesar, descomponer, crear y disipar la materia se dedican muchos niños, cada vez más. Alumnos de los colegios o institutos públicos Cartima, San Pedro, o Rectora Adelaida de la Calle, o de centros privados como Teresianas, Esclavas o El Pinar, se adentran en el mundo de la búsqueda de información, del aprendizaje colaborativo, de descubrir por ellos mismos y de elaborar sus propias conclusiones. Son, en síntesis, los principios del Aprendizaje Basado en Proyectos, APB, que sitúa al niño en el centro de la actividad formativa y que convierte al estudiante en protagonista de su propio aprendizaje.
Una metodología que no es nueva, a juzgar por las palabras de Giner de los Ríos, pero que con la irrupción de las nuevas tecnología ha cobrado un impulso renovado. La escuela del siglo XXI«no se puede concebir sin las herramientas digitales, sin internet y sin las herramientas tecnológicas más adecuadas», apunta Ángel Pérez, catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la UMA. Para Pérez Gómez, la clave de la educación está en cambiar un currículum basado en disciplinas al basado en problemas. «Se trata de cambiar de una enseñanza de hechos y datos por una enseñanza de conocimiento útil, una metodología basada en proyectos y en problemas, que los niños se metan en la vida real, se den de frente con problemas y proyectos concretos. Para resolverlos acuden al conocimiento disciplinar e instrumental, el niño se da cuenta de que para resolver el problema necesita el conocimiento, que ahora le resulta útil, le ayuda y como todo lo que nos es útil no se olvida», resume.
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