El dibujo empezó como forma de expresión humana mucho antes que la escritura, y se ha utilizado para contar historias, recordar hechos relevantes o, simplemente, para representar el mundo que nos rodea. La capacidad de los más pequeños para pintar es espontánea, se desarrolla sobre todo alrededor del año y medio de edad y tiene muchos beneficios. Sin embargo, con la edad los niños van abandonando el lapicero y dejan de dibujar. Por eso, tu labor es esencial para potenciar el gusto de tus hijos por el dibujo y animarles a que sigan practicándolo a lo largo de los años. Te damos algunas ideas y consejos.
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