Pero si bien son una poderosa herramienta educativa, es necesario tener en cuenta que existen muchos tipos de cuentos y que no todos son adecuados para la etapa evolutiva en que se encuentra cada niño. Los cuentos deben estar adaptados al nivel de desarrollo cognitivo de tu alumno o hijo.
Aquí tienes 3 claves que puedes tener en cuenta a la hora de elegir qué cuento contar a tus alumnos o hijos:
1. Elígelos con final feliz
Los cuentos que terminan mal pueden ser interesantes para un adulto, en la medida en que en la vida las cosas no siempre suceden como uno desea. Sin embargo, para un niño este mensaje puede ser aún difícil de digerir. Los niños necesitan sentirse seguros y protegidos y ciertos finales trágicos pueden generar en ellos ansiedad y pesimismo. El pensamiento mágico infantil que precede al desarrollo del razonamiento lógico puede crear angustiantes asociaciones entre causa y efecto. No se trata tampoco de pintarle un mundo de color de rosa ni de negarle la evidencia sino de introducir la información adaptada a su nivel de desarrollo en el momento adecuado para evitar un impacto traumatizante.
2. Evita los cuentos didácticos punitivos

3. Pertenecientes a su ámbito cultural
Los cuentos sobre culturas diferentes también pueden ser muy nutritivos para los adultos, ya que pueden ampliar y cuestionar las más arraigadas tradiciones. Pero para un niño que está intentando identificar su propio ámbito cultural, puede resultar confuso llegando a interpretar su significado como su imaginación le da a entender.
Si estás interesado en profundizar en el mundo del cuento y utilizarlo como herramienta en tus clases te recomiendo el libro “Cómo contar un cuento e inventarse cientos”, de Paola Santagostini.
Leído en Educación 3.0
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